Qué vidilla dan las contradicciones.
Adoro estremecerme a solas con el duende y la fuerza mágica del cante jondo y del blues negro.
Disfruto, mejor en compañía, de las notas claras y canallas del buen rock.
Cómo me gusta llorar como una magdalena estropeada con una potente aria de amores desgarrados.
Y sin embargo, hay veces que sosainas como estos me rinden...
Tienen... no sé: una graciosa elegancia que me hace sonreir.
1 comentario:
Imposible definirlo mejor: contradicciones, sosainas, graciosa elegancia...obligatorio sonreir.
BESITOS
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