domingo, 22 de marzo de 2009
Maneras de morirse
Si hay una verdad cierta y segura en este mundo es que en cien años todos calvos, pero no deja de estremecer un poquito cuando se ve cómo ni un asunto tan privado, personal e intrasferible está a salvo de convertirse en un espectáculo de masas. La agonía retrasmitida y vendida (bien vendida, astronómicamente vendida) en los tabloides de la gran hermana Jade Goody da náuseas al más pintado. Dicen que lo ha hecho para dejarles herencia a sus hijos pero esas criaturas van a vivir recordando a su madre en la portada de OK.
Contrasta lo de Goody con la discreción y elegancia con que se ha ido la pobre Natasha Richardson. Su familia la ha velado y despedido y hasta las luces de Broadway y del West End se han apagado un minuto en su recuerdo. Descansen en paz las dos, tan diferentes en la vida y en la muerte.
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2 comentarios:
Ay
Es curioso. La muerte que más me ha impresionado en el cine fue la de la madre de Natasha en Isadora Duncan
...
Qué pena...
Descansen en paz las dos, en cualquier caso
Hay gente que, desgraciadamente, no tienen otra cosa que hacer que estar sentados en el sofá viendo como hay gente, desgraciadamente, no sabe ni morirse.
Un saludo.
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