sábado, 15 de diciembre de 2007
Hala, Navidad, y sin epidural
A mi la navidad me resulta cuando menos compleja. Nena, enfájate para recibir el año este monísimo minitraje que cuesta un riñón (a ver si sin riñón me cabe).
¿Cómo me embuto en tanta lentejuela de licra después de 15 días comiendo como loca, bebiéndome hasta el agua de los floreros (y el caldillo de las aceitunas) y encima rezando por el Gordo?
Y ¿Cómo lo pago después de fundir tarjeta en una lotería que no me toca en la vida y en regalos para gente a la que el resto del año no doy ni la hora?
Ah: Ese es el misterio de la navidad. Todo sea por los niños. Felices fiestas a todos y a todas, y que no les pase ná.
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