Científicos suecos aseguran haber encontrado el gen responsable de la infidelidad masculina. De modo que si su santo carece de la variante 334, ya se puede preparar: no sólo tiene más tendencia a ponerle los cuernos sino a tener problemas de convivencia.
Y es que la maldita genética acaba con buena parte del misterio de la vida y lo acaba reduciendo todo a una mera cuestión de probabilidades. Dos cosas sin embargo me llaman la atención: una que los científicos del prestigioso Instituto Karolinska no tengan una investigación más útil que llevarse a la boca y otra que me pareció ver la noticia ilustrada en algunos medios con la foto de Jude Law (sí, el que dejó a su mujer por Sienna Miller y a ésta la dejo por la niñera de sus hijos). Puede ser una confusión, pero ya me imagino al pobre Jude detrás de Sienna gritando: !Es que no tengo la 334, mujer!
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