
No es que el tema tenga que ser tratado con levedad (no podemos evitarlo, no) pero, como sus biógrafos se han encargado de recordar, Kundera nunca firmó la Carta 77, ni fue particularmente molestado por las autoridades. En estos asuntos, lo que no hay que olvidar (como bien dijo Javier Marías) es que a espiar y a chivarse nunca se obliga a nadie
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