La noticia se ha quedado en rumor pero la cosa tiene chicha: los abrazos de Sarkozy tienen frita a la pobre Ángela Merkel, que no soporta tanto toqueteo mediterráneo. No tengo a la señora Merkel por tierna doncella que no sepa poner en su sitio a Sarkozy y al final este asunto quedará reducido a un malentendido intercultural.
Vaya próxima cumbre que va a tener que aguantar la pobre señora. Todos pendientes (con una regla como aquel mayordomo de “Lo que queda del día”) a ver si Sarko se acerca o no. Y ya me veo la Bruni leyéndole la cartilla y a Zapatero muerto de celos en la otra esquina.
En fin, que la crisis no la arreglan, pero nos alegran la tarde.
martes, 21 de octubre de 2008
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